Sanidad y bienestar animal e inocuidad de los alimentos - ISSN 0718-218X
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El quehacer de las unidades estructurales de la División de Protección Pecuaria

Subdepartamento de Control de Alimentos de Uso Animal: control de las importaciones y exportaciones para una alimentación animal segura e inocua

Germán Villagrán C.
Jefe Subdepartamento

Contexto

La importancia que en los últimos años han alcanzado los alimentos en general y los piensos en particular, se debe en gran medida al impacto que tienen en la salud de quienes los consumen. Actualmente este impacto es más conocido producto del avance tecnológico que ha permitido identificar con mayor exactitud los componentes de los alimentos consumidos.

Otros factores complementarios, como: la globalización del comercio, la alta tasa de movimiento de las personas y la velocidad de las comunicaciones, así como los ciudadanos más exigentes e informados mediante múltiples redes, han configurado una sociedad más sensible a conocer lo que consume y a exigir productos cada vez de mayor calidad y más seguros.

Específicamente, se ha producido un cambio desde conocer el contenido de nutrientes de los alimentos y sus diversas combinaciones, a identificar otros componentes intrínsecos y/o extrínsecos, obtenidos en muchos casos por diversas vías como: la evolución de procesos antes no utilizados, nuevas materias primas incorporadas, el desarrollo de diferentes materiales para envasado en contacto con los alimentos, nuevos contaminantes o bien, por el descubrimiento de propiedades de sustancias desconocidas anteriormente.

Así, en los últimos años se ha observado el ingreso al mercado de productos con diferentes denominaciones que resaltan sus propiedades benéficas, tanto para consumo humano como animal. No obstante, mundialmente se ha observado la irrupción de enfermedades estrechamente asociadas a los alimentos, que provocan un importante impacto en la percepción de la población, dadas las graves consecuencias sobre la salud pública. Por ejemplo, la encefalopatía espongiforme bovina (EEB) y, en otro ámbito, la contaminación con sustancias como melamina, metales pesados y dioxinas.

Consecuente con lo anterior, los gobiernos han debido reorientar esfuerzos y recursos con el fin de dar respuesta integral al control de los alimentos, cada vez más complejo, abarcando desde el productor primario hasta su adquisición por parte de los consumidores, con lo cual se incluye a toda la cadena productiva, desde la granja a la mesa.

En este contexto, el quehacer del SAG en el ámbito del control de alimentos para animales, y como Servicio Veterinario Oficial de Chile, se ha profundizado en los últimos años, entre otros aspectos por la demanda producida por el sector que integra la cadena de producción-comercialización y que implica dar las necesarias garantías respecto la obtención de productos inocuos para los animales y, a la vez, que no tengan un impacto negativo en la salud de las personas.

Esta acción de control se compone por numerosos eslabones que incluyen materias de inspección, desarrollo de normas y regulaciones, autorizaciones de ingreso para productos importados y certificación de las exportaciones, entre las de mayor importancia. Sin embargo, en el contexto actual se considera que el principal responsable de la producción de piensos inocuos es quien los fabrica o elabora y la función del Estado se centra a establecer las normas que los productores deben cumplir.

En el año 2010, la Unidad de Alimentos del Subdepartamento de Registro y Control de Medicamentos y Alimentos de Uso Animal (División de Protección Pecuaria del SAG), se constituyó en el Subdepartamento de Control de Alimentos de Uso Animal, con lo cual se cubrió una necesidad generada por la demandante actividad comercial desarrollada en el país, principalmente respecto la producción, importación y exportación.

Las principales actividades desarrolladas en materias de control de alimentos de uso animal se han ejecutado en las siguientes cuatro áreas.

1. Control de las importaciones

Desde el año 1999 el SAG ha implementado las acciones necesarias para el control de insumos importados destinados a la alimentación animal; por ejemplo, la promulgación de la Resolución N° 3.138, del mismo año, que establece los requisitos de habilitación de establecimientos que deseen exportar sus productos a Chile. Con ello se definió cómo el SAG autoriza el ingreso de dichos insumos y se ha sistematizado la autorización de productos, fundamentalmente a través de la presentación previa de sus correspondientes monografías de proceso de producción, vale decir, de todos aquellos antecedentes relevantes que permitan efectuar un análisis del proceso productivo y composición, principalmente, con el fin de determinar qué productos pueden ingresar al país. A la fecha, se ha autorizado el ingreso a Chile de más de 3.000 productos.

Además de lo señalado, se han efectuado inspecciones-auditorías en países como Uruguay, Argentina y Brasil, con resultados como la habilitación de plantas para exportar sus productos a Chile. Esta forma de autorizar determinados insumos para la alimentación animal se aplica de acuerdo al riesgo, entre los cuales destacan los ingredientes de origen animal como las harinas de diversa proveniencia, entre otros.

Este sistema se aplica de manera similar en muchos países de gran tradición productora de estos insumos, y ha permitido conocer con exactitud los productos para alimentación animal autorizados para su internación al país. Además, su aplicación ha permitido disponer de información detallada y actualizada de cada uno de los tipos de productos que ingresan al país y que además son controlados en sus respectivos países.

Cabe señalar que la ejecución de las inspecciones-auditorías es complementaria con otras actividades de la División, como ocurrió, por ejemplo, con la actual clasificación de Chile, ante la OIE, en materia de riesgo respecto de la encefalopatía espongiforme bovina.

2. Inspección de fábricas y elaboradoras nacionales de alimentos para animales

La inspección ha posibilitado conocer qué establecimientos nacionales participan en esta área productiva. Cabe señalar que las principales especies animales de destino de estos productos son aves, porcinos y salmones, que corresponden a aquellas que han mostrado un mayor desarrollo productivo privado en los últimos años.

Mediante una norma técnica que es revisada cada año, se establece la frecuencia de inspección para cada establecimiento, considerando la especie de destino de los productos obtenidos. En ese sentido, las plantas que fabrican ingredientes de origen animal, como los diversos tipos de harinas (por ejemplo de carne y hueso), son las que tienen la mayor frecuencia de fiscalización, a diferencia de las que fabrican alimentos para mascotas que son inspeccionadas anualmente.

Cabe destacar que el instrumento de fiscalización utilizado ha sido perfeccionado, lo cual ha permitido obtener información más precisa, además de delegar una parte de ésta a los responsables de las empresas.

Esta área del control de alimentos es de gran importancia, dado que permite conocer exactamente quienes se encuentran participando directamente en esta compleja red y, a la vez, conocer otros actores como los proveedores de insumos y clientes, además de detectar el nivel de autocontrol que cada uno realiza.

Sobre la base de los antecedentes recopilados se observó la necesidad de reforzar esta área de trabajo, para lo cual se inició, en enero de 2010, el proyecto Fondo SAG “Establecimiento e Implementación de la Estrategia para un Programa de Control de Contaminantes en Alimentos de Uso Animal”, coordinado por el Subdepartamento de Control de Alimentos de Uso Animal.

3. Desarrollo de regulaciones

El soporte jurídico es un elemento importante de un sistema de control, el cual permite generar la regulación necesaria para establecer los aspectos que se deben cumplir por parte de la cadena productiva, con el fin de obtener productos inocuos.

Al respecto, en los últimos años la unidad técnica encargada del control nacional de los piensos ha realizado un esfuerzo importante, con el objetivo de cubrir los aspectos más sensibles del sistema que requieren ser verificados.

Esta materia presenta un gran dinamismo, lo que a la vez dificulta y hace más compleja la tarea de mantener actualizada la normativa nacional. Sin embargo, en los últimos años se han emitido diversas resoluciones que cubren aspectos anteriormente no abordados. Destacan las relacionadas con el control de dioxinas en piensos, la emisión de la lista de aditivos autorizados en alimentación animal, los requisitos operacionales y estructurales en industrias del rubro y los alcances del sistema de aseguramiento de calidad.

4. Control de exportaciones

Hasta hace pocos años atrás era impensado que Chile exportara insumos destinados a la alimentación animal. Sin embargo, desde hace algún tiempo diferentes empresas han comenzado a exportar sus productos a una variedad de mercados; éstas producen diversos tipos de piensos para especies como peces, cerdos y animales de compañía en general. Los principales destinos de estos productos son países de Centro y Sudamérica, Europa y Asia.

Uno de los elementos que se han debido abordar para enfrentar este nuevo desafío corresponde a una lista de establecimientos exportadores de alimentos para animales (LEEAA) nacionales. Pertenecer a esta lista es de carácter voluntario, aunque altamente importante, ya que cada vez es más frecuente que los países de destino soliciten a quienes exportan que se encuentren incluidos en una lista oficial.

Además, para responder a la exigencia impuesta por diferentes países como parte de sus requisitos de importación, se ha desarrollado un sistema de emisión de Certificados de Libre Venta dirigido a los exportadores nacionales. El sistema es centralizado y el documento se emite una vez que el solicitante le comunicó el inicio de actividades al SAG y que la planta fue inspeccionada.

Conclusiones

En los últimos años los sistemas de control de alimentos para animales han evolucionado rápidamente; a este cambio ha contribuido el creciente compromiso de los organismos internacionales relacionados directa o indirectamente con esta materia como, por ejemplo, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y el Codex Alimentarius, entre otros. Lo anterior se ha traducido en el desarrollo de reuniones de especialistas en materias técnicas y en aspectos regulatorios, cuyas conclusiones definen los tópicos más relevantes que actualmente tienen influencia en la obtención de alimentos inocuos para los animales.

Se requiere que estos nuevos conceptos se integren en las agendas de trabajo de diversos ámbitos como el nivel de toma de decisiones y otras áreas como docencia e investigación. De esta forma se debe ir generando un ambiente propicio que permita responder a los nuevos desafíos que esta área inevitablemente va a demandar. Lo anterior significa, por ejemplo, incorporar en las mallas curriculares aspectos no sólo de carácter nutricional de los piensos, sino también, de los nuevos productos que se están incorporando al mercado y su impacto en el rendimiento productivo, inocuidad y salud pública. También es importante observar las nuevas propiedades de determinados productos, dada la presencia de sustancias bioactivas con nuevas funciones, entre otros.

Debido a la cantidad de información que probablemente se generará en los años venideros, será de gran relevancia disponer de los conocimientos que permitan realizar un análisis adecuado y también oportuno, a fin de lograr la mejor toma de decisiones posible. Ello repercutiría en la comercialización de los insumos, posicionando en un alto nivel no solo al país, sino también a las empresas del sector.

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